viernes, 15 de mayo de 2009

la eterna amapola amarilla


Encierro en la trinchera,

codo en la cintura,

estómago al viento.




Absuelta de tu bombardeo,

invento guerrillas de lo inútil

que auscultan tus pensamientos

en preterito imperfecto. (imperativo)


Reduzco las fracturas,

minimizo los riesgos liberando

los analgésicos de los espacios en blanco.


Y me encuentro barrida,

como el polvo de los viajes

al país de los licores caducos,

encerrados en lo diminuto.


Todas mis escopetas,

se prostituyen al embrujo del vacío

y suelto la asida locura...


¡al suelo!


se apagan las pizarras

se me enredan las pestañas


y el movimiento se hace atómico, dual.


un segundo....


y sibilo el ronquido,

el anhelo de la eterna amapola amarilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario