martes, 28 de diciembre de 2010

Otros nortes

A veces hay que huír
para encontrarse de nuevo.
Y así, vivirnos siempre
en el eterno retorno
hacia el yo que se esconde
ciertamente, ahora ya lo sé,
en ninguna parte.
Sobran las balanzas,
sobran las estatuas
y los nudos en el pelo.
Sobran las estancias vacías
de almas urgentes a rebosar.
Sobra hasta lo propio,
lo ajeno y lo de más allá.

Tengo una libreta roja
y la cordura suficiente como
para no avergonzarme de lo andado.
También porto,
la cabeza bien alta,
el paso certero,
la palabra que espera concienzuda,
a que otros nortes sean posibles.
Los antiguos,
se emborronan
en las ventanas de los trenes gallegos
de media distancia.




I never saw your heart 'til someone tried to steal,
tried to steal it away
I never saw your tears until they rolled down your face.

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