(...)Es cierto, hay cosas que son imposibles de narrar, le dije a ella en aquel bar de aquella isla al sur de Cerdeña que se parecía a otro bar de las Azores. Por ejemplo, nunca escribo sobre sexo, quiero decir que nunca escribo sobre una escena de sexo con la pretensión de hacer sentir al lector lo más íntimo de una escena de sexo, y no por criterios morales ni estéticos, sono porque lo considero absurdo, le dije, Porque con el sexo ocurre lo mismo que con los sueños, son irrepresentables, nunca quedan bien llevados al papel o a la pantalla, siempre parecen falsos o ridículos, o cutres, o triviales, o risibles, o infantiles, se mire como se mire es imposible narrarlos por la sencilla razón de que ambos, sexo y sueños, son los actos más limítrofes de la expresión humana, lugares donde ya no estamos en nosotros, y eso los convierte en los actos más importantes del ser humano pero también en los más lejanos e incomprensibles, eso es lo que hace que intentar recrearlos equivalga a caer en el ridículo, pueden describirse, sí, como lo hace el cine porno con probada honradez, o como se cuentan lo sueños ante un psicoanalista, pero no recrearlos, le dije, y en ese sentido se parecen mucho a la Coca-Cola, sólo se parecen a sí mismos, y entonces ella en aquel bar , que se parecía a otro de las Azores, sin quitarse las gafas de pop-star que le ocultaban los ojos, me dijo, Siendo así, entonces la Coca-Cola ya se pare a algo más que a sí misma: se parece a los sueños y al sexo, tiene con ellos eso en común, ¿no?, y yo, a la espera de encontrar un contraargumento más o menos convincente cambié de tema, (...)
Agustín Fdez Mallo, Nocilla Lab.
Jajajaja, que cierto es:)
ResponderEliminarMmmmmm, creo que me tengo que leer ese libro:)
Ya he podido leerlo :)
ResponderEliminarSí, sueños y sexo, sexo y sueños. Siempre lo dije. Pero no se puede tener todo :(
Mua!