-Es curioso como nosotros, acúmulo de entropía, de átomos locos con spines opuestos, corremos y corremos intentando escapar de la gravedad de las horas. Somos materia, sujetos a las cuatro fuerzas de la mecánica clásica y a las más inverosímiles teorías de la fisica-filosofía cuántica. ¿Tiene algún sentido pues, correr?
-Yo no corro, pero y tú? se puede saber hacia donde corres?
-Ahora mismo, a donde me lleve el viento...
-¿que viento? ¿el que se mueve entre tu pelo, entre tus manos o entre tu boca?
-supongo que el de los tres , pero ya lo sabes, si tuviese que escoger sólo una brisa por la que dejarme llevar esa sería sin duda...
-la de tu boca.
-sí, la de mi boca.
Tiemblan, como si fuera la primera vez,
como si fueras a largarte después y no quisieras.
Reina en las ciudades sin nombre,
en estaciones desiertas mantienen en vilo el dolor.
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