O como Leonard Cohen compone una de las canciones más hermosas escritas jamás, y años más tarde... un colega de Gijón le da un significado propio.
Es cierto, sé que todos tus amantes fueron
jugadores pretendiendo haber dejado el juego.
Conozco a esos hombres y no es fácil coger
la mano de alguien que quiere alcanzar el cielo,
alguien que quiere alcanzar el cielo.
Y al recoger el comodín que se
olvidó descubres que no te ha dejado mucho
más que nada. Él como cualquier
jugador se retiró cansado de esperar por
una carta aún más alta, como San
José buscando un pesebre,
Y un día con serenidad te dice que su
voluntad se debilitó con tu amor y tu
cobijo. Sacará de su cartera un viejo
horario de trenes y dirá: "te dije al
llegar que era un extranjero, te dije al llegar
que era un extranjero."
Pero ahora ves que hay alguien más que
esconde sueños y demás como si
fueran la carga de otro. Ya has visto a ese hombre
antes repartiendo cartas con su brazo de oro que
ahora está oxidado, y te ofrece juego a
cambio de cobijo, y canciones a cambio de cobijo.
Y tú odias ver a otro extranjero como
aquel primero haciéndote creer que ha
dejado el juego. Y mientras él oculta un as
adviertes un camino serpenteando como humo entre
la nieve, y de pronto sientes que envejeces.
Le dices que puede pasar, pero oyes algo y al
girarte ves la puerta abierta y nadie en ella.
Está junto a la ventana y no tienes nada
que temer, eres tú, mi amor, tú eres
la extranjera, tú mi amor, la única
extranjera.
Quise esperar, sabía que te
encontraría en este tren, ya es hora de ir
cogiendo otro. Entiende por favor que nunca tuve
un plan para llegar a este sitio o a cualquier
otro. Y cuando te habla así no sabes que
pretende.
Mañana podemos quedar bajo el puente o
junto al mar que se extiende hacia el infinito. Y
sube al coche-cama dejando el andén
vacío y entiendes que él nunca fue
sincero, que él no era aquel extranjero. Y
dices: "vale, bajo el puente es
perfecto."
Y al recoger el comodín que se
olvidó descubres que no te ha dejado mucho
más que nada. Él como cualquier
jugador se retiró cansado de esperar por
una carta aún más alta, como San
José buscando un pesebre,
Y un día con serenidad te dice que su
voluntad se debilitó con tu amor y tu
cobijo. Sacará de su cartera un viejo
horario de trenes y dirá: "te dije al
llegar que era un extranjero, te dije al llegar
que era un extranjero."
Y al recoger el comodín que se
ResponderEliminarolvidó descubres que no te ha dejado mucho
más que nada....
Y que no jueguen nunca más. Por dios que dejen de jugar.
Vale, otro extranjero por aquí:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=UrvgwRHut7s