martes, 3 de marzo de 2009

Necesidad de injerto.


Se asemeja a hierro candente
que se nos atrapa
entre las pestañas a veces.
Y enraíza las más fastuosas Secuoyas
desde los albores de las respiraciones.


Nos convierte en funanbulistas
a tiempo completo, sobre hilos
hechos de aleaciones raras.
Nos espanta los unicornios
y rompe nuestras coronas.


Ella. La causante de nuestras quemaduras,
que empiezan doliendo
para luego dolérsenos más.


Ella. La que finalmente nos mata,
que acaba callándonos
convirtiéndonos en nieve o carbón.


La vida, que se nos aleaciona
en cada rápido de su intrincado río.


Insensibles, muertos, vendados.

http://www.youtube.com/watch?v=HGdAQMFKT-I

No hay comentarios:

Publicar un comentario