Se asemeja a hierro candente
que se nos atrapa
entre las pestañas a veces.
Y enraíza las más fastuosas Secuoyas
desde los albores de las respiraciones.
Nos convierte en funanbulistas
a tiempo completo, sobre hilos
hechos de aleaciones raras.
Nos espanta los unicornios
y rompe nuestras coronas.
Ella. La causante de nuestras quemaduras,
que empiezan doliendo
para luego dolérsenos más.
Ella. La que finalmente nos mata,
que acaba callándonos
convirtiéndonos en nieve o carbón.
La vida, que se nos aleaciona
en cada rápido de su intrincado río.
Insensibles, muertos, vendados.
http://www.youtube.com/watch?v=HGdAQMFKT-I
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