
porque los días de domingo siempre pesaron
aunque estuviera el viento acelerándose 
por verte de nuevo. 
porque las horas y los espejos se clavaron
aunque estuviera envuelta en tus olas 
cada noche que te dormías.
porque te fuiste a pesar de las ventanas 
que me esforcé por abrir 
a paso de velocista dopada,
por la droga de tus bromas.
porque nunca se me dio bien escribir 
con la sangre templada
y el aire frío.
¿que hacemos de los dos ahora que ya me quiero un poco? 
medio loca como tú, como aquel verano azul 
que se nos fue de las manos ...
Despierta ya, mi bien, despierta que ya amaneció....
ResponderEliminarEchar de menos es sentirse lejos? Eso me lo planteé tantas y tantas veces... Pero para eso están los hilos. Para tirar de ellos y acercarte el norte.
Yo prometo mantenerte el tuyo. No se irá. Esta vez no
Te quiero (tanto)